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INNOVAR la INNOVACIÓN o cómo conectar la innovación tecnológica, empresarial y social

Tim DraiminDirector ejecutivo de Social Innovation Generation (SiG)

Nos encontramos ante un momento decisivo.

Tras un siglo de sólido desarrollo de la innovación tecnológica y empresarial, y tras décadas descifrando el código de la innovación social, ha llegado el momento de crear un sistema integrado de innovación.

Ya nadie discute la necesidad de innovar para alcanzar el éxito económico y empresarial de una nación. Y desde esa concepción, la ciudadanía ha confiado en que los beneficios de la innovación tecnológica y empresarial permearían en otros ámbitos, desencadenando un mayor bienestar social. Desafortunadamente, los problemas sociales, medio ambientales y económicos actuales - que van desde la prevención de la cronicidad, a la exclusión social, el desempleo juvenil o el cambio climático – están aumentando tanto en magnitud, como en gravedad y urgencia. No hay tiempo para una innovación de laissez-faire.

Las necesidades de la sociedad y los beneficios de la innovación pueden, por tanto, estar más conectados y alineados. Y este es el momento de aprovechar al máximo el poder de combinar la innovación social y la “innovación convencional”.

La “innovación convencional” es un ecosistema avanzado de recursos humanos y financieros conectados para generar eficiencias, bene- ficios y, cada vez más, disrupciones. Por su parte, la innovación social trabaja principalmente en los márgenes, dando respuesta a los grandes retos del siglo XXI. Surge ante las brechas de nuestro tejido social, brechas que se hacen más visibles cuando los sistemas tradicionales se quedan atrás o no logran incorporar del todo nuevas herramientas como la economía del comportamiento, el diseño centrado en las personas, la inteligencia colectiva, o el open y big data.